sábado, 27 de septiembre de 2008

El buen humor es, en la mayoría de las personas alegres, el satisfactorio resultado de una tenaz disciplina.

La clave de una buena disciplina está, en primer lugar, en la prevención de conductas inadecuadas, y cuando éstas se producen, en abordarlas inmediatamente, con la máxima discreción, y antes de que aumenten o se intensifiquen Edmund T. Emmer.

Deseo dar comienzo a este escrito dando entender el concepto de gestión del aula, Emmer 1987 definía la gestión del aula como “un conjunto de comportamientos y de actividades del profesor encaminados a que los alumnos adopten una conducta adecuada y a que las distracciones se reduzcan al mínimo”. Duke 1979 decía que la gestión del aula es “la disposiciones y los procedimientos necesario para establecer y mantener un entorno en el que puedan darse la instrucción y el aprendizaje”. Estas dos definiciones dadas por dos autores diferentes nos llevan a la conclusión de que el profesor actúa de antemano para prevenir faltas de asistencia, falta de trabajo o distracciones o dicha de otra manera aplicar una buena disciplina englobando en ella un buen ambiente académico en el aula, prácticas docentes eficaces, una alta participación y buenas actitudes; todo esto previene los malos comportamientos.

En la lectura también nos habla de algunas estrategias para prevenir y atajar el mal comportamiento nos comenta del dominio-control y el encabalgamiento que viene siendo la habilidad de comunicar a los alumnos lo que esta pasando en el aula y prevenir las distracciones o interrupciones que interfieran el las actividades de aprendizaje. Nos dice también sobre el control e intervención inmediata que consiste en intervenir cuando sea realmente necesario como lo es en los malos comportamientos que puedan agravarse o extenderse. También comenta sobre la uniformidad que es la ausencia en el profesor de conductas que interfieran en las transiciones entre actividades o rompan la conducta en la clase, y unido a este concepto esta el ritmo que viene siendo mantener el movimiento de la clase en actividades académicas. Por último nos habla de la alerta del grupo que son aquellas conductas del profesor que mantienen alerta a los que no están interviniendo, mientras otros alumnos lo está haciendo o antes de determinar quien lo va hacer.

Esta lectura me ha agradado mucho porque vienen ejemplos sobre diferentes situaciones que suceden en el aula. También me ayudo a tomar puntos que son muy buenos al momento de aplicarlos en la práctica y haría que llevara una buena disciplina al dar la clase. Estos puntos son sencillos y se pueden realizar en cualquier momento.
Me deja muy en claro que si se aplica la gestión en el aula adecuadamente el trabajo con los alumnos va ser agradable, siempre llevando una buena disciplina y relación entre maestro- alumno.


-Davis , Gary A. y Margaret A. Thomas (1992), “La gestión del aula”, en Escuelas eficaces y profesores eficientes, Roc Filella Escolà (trad .), Madrid, La Muralla (Aula abierta), pp. 113-126 y 142-145.

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